Washington, 27 ago.– El gobierno de Donald Trump introdujo una nueva barrera en el camino de los inmigrantes que buscan la ciudadanía estadounidense: el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) retomará una práctica abandonada hace más de tres décadas que permite considerar las opiniones de vecinos y compañeros de trabajo de los solicitantes para determinar si cumplen con el requisito de “buen carácter moral”.
La medida, revelada en un memorando fechado el 22 de agosto y filtrado este martes, introduce criterios subjetivos en el proceso de naturalización, entre ellos el aporte de los inmigrantes a la “felicidad” y el “buen orden” del país.
Opinión de vecinos y colegas
Según el documento, USCIS podrá entrevistar a personas del vecindario o del entorno laboral de los aspirantes a la ciudadanía con el fin de corroborar su conducta, sus vínculos con la comunidad y su disposición a respetar la Constitución.
CBS News, que tuvo acceso primero a la medida, explicó que la política se ampara en la sección 335(a) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA), que faculta a la agencia a realizar investigaciones discrecionales antes de aprobar una solicitud de naturalización.
Hasta ahora, los requisitos básicos para optar a la ciudadanía consistían en residir legalmente en EE.UU. entre tres y cinco años, carecer de antecedentes penales graves y aprobar un examen de educación cívica e inglés. La nueva disposición añade un componente social y subjetivo que podría complicar aún más el proceso.
Vuelta a prácticas abandonadas en 1991
Los llamados “controles vecinales” tienen raíces históricas: desde 1802 hasta 1981 los solicitantes debían presentar dos testigos que avalaran sus calificaciones morales para ser ciudadanos. Tras un cambio legislativo, la verificación pasó a depender de investigaciones en el vecindario, aunque en 1991 el antiguo Servicio de Inmigración y Naturalización eliminó oficialmente estas inspecciones.
USCIS considera ahora pertinente retomarlas, en línea con la política de endurecimiento migratorio de la administración Trump. Según el memorando, las indagaciones abarcarían al menos los cinco años previos a la solicitud de naturalización.
“El objetivo de la investigación es corroborar la elegibilidad del extranjero para la ciudadanía, incluyendo su residencia, buena conducta moral, apego a la Constitución y su disposición al buen orden y la felicidad de los Estados Unidos”, señala el documento.
La agencia, sin embargo, aclara que podría eximir del requisito a ciertos casos individuales “a su discreción”.
Un giro político en el proceso migratorio
Organizaciones de derechos de los inmigrantes ya anticipan críticas a la medida, al advertir que introduce criterios subjetivos difíciles de medir y que dependen de percepciones personales. Para algunos analistas, se trata de un movimiento político que refuerza el poder discrecional de USCIS en un contexto de mayor rigidez en las políticas migratorias.