El gobierno del presidente Donald Trump ha decidido pausar temporalmente su campaña de redadas indiscriminadas contra migrantes en sectores estratégicos de la economía como la agricultura y la hostelería. La decisión, revelada por The New York Times y confirmada por fuentes oficiales, se produce en medio de crecientes críticas sociales y temores por el impacto económico de estas operaciones masivas.
Según un correo interno enviado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el Ejecutivo ordenó suspender todas las operaciones de cumplimiento de la ley en centros de trabajo como empacadoras de carne, acuicultura, restaurantes y hoteles. Esta medida responde tanto a las protestas en ciudades como Los Ángeles como a las preocupaciones expresadas por empresarios agrícolas sobre la escasez de mano de obra migrante.
Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, señaló que seguirán cumpliendo con las instrucciones del presidente, aunque subrayó que las autoridades continuarán enfocadas en arrestar a inmigrantes con antecedentes criminales. Sin embargo, la pausa representa un cambio notable en una administración que había prometido intensificar la deportación de migrantes tras su regreso a la Casa Blanca en enero.
Desde entonces, el gobierno de Trump había presionado a ICE para realizar hasta 3,000 detenciones diarias, provocando un incremento en las redadas que encendieron las alarmas en comunidades migrantes y organizaciones defensoras de derechos humanos. En paralelo, se multiplicaron las protestas en California, donde sectores como el agrícola dependen en gran medida de trabajadores indocumentados.
La suspensión, aunque parcial, es vista como un intento de evitar el desgaste político en regiones clave para las elecciones legislativas de 2026. Sin embargo, activistas migratorios advierten que la pausa no representa un cambio de fondo, y exigen el fin de las tácticas agresivas que han generado miedo y desestabilización en miles de familias trabajadoras.