Washington, D.C. — La tensión entre el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk escaló este martes, luego de nuevas críticas de Musk al plan fiscal del gobierno y amenazas del mandatario de retirar los subsidios federales que benefician a las empresas del magnate.
La relación entre ambos había sufrido un quiebre hace un mes, tras una serie de declaraciones cruzadas. Aunque en semanas recientes intentaron bajar el tono, la confrontación se reactivó después de que Musk criticara públicamente el proyecto de ley de gastos impulsado por Trump, calificándolo como “suicidio político” y arremetiendo contra los republicanos por respaldarlo.
Musk, propietario de Tesla, SpaceX y la red social X, advirtió que si la legislación seguía adelante, fundaría un nuevo partido político llamado America Party, con la intención de ofrecer “una alternativa al unipartidismo demócrata-republicano”.
En respuesta, Trump escribió en su plataforma Truth Social que las empresas de Musk podrían perder acceso a subvenciones federales por miles de millones de dólares. “No más lanzamientos de cohetes, satélites o producción de coches eléctricos, y nuestro país se ahorraría una fortuna”, afirmó.
El presidente incluso sugirió que Musk “probablemente tendría que cerrar la tienda y volver a casa, a Sudáfrica”, y dejó abierta la posibilidad de acciones más severas cuando fue consultado sobre una eventual deportación del empresario naturalizado. “No lo sé. Tendremos que ver”, respondió.
La controversia también reavivó el recuerdo del breve paso de Musk por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina que lideró en los primeros meses del actual mandato y que fue disuelta tras tensiones internas sobre el rumbo fiscal del gobierno.
Aunque Musk fue uno de los mayores donantes de la campaña presidencial de Trump en 2024, recientemente afirmó que planea gastar “mucho menos” en política en el futuro.