Latinos celebran al primer papa estadounidense, seguidor de los Medias Blancas y con lazos deportivos en EE. UU.
La elección del papa León XIV, el primero nacido en Estados Unidos, ha causado revuelo no solo entre los fieles católicos, sino también en el mundo del deporte. Robert Prevost, oriundo de Chicago y ahora líder de la Iglesia católica, ha sido identificado como un ferviente seguidor de los Medias Blancas, lo que ha generado entusiasmo entre los fanáticos latinos de la ciudad.
La confusión inicial sobre su equipo favorito llevó a los Cachorros a felicitarlo públicamente, pero su hermano, John Prevost, aclaró que el pontífice nunca apoyó al equipo del norte de Chicago. “Siempre fue seguidor de los Medias Blancas”, dijo en una entrevista televisiva. En respuesta, la organización del equipo del sur celebró el vínculo con el papa y le envió un uniforme personalizado al Vaticano.
El impacto de esta noticia ha resonado entre los aficionados latinos, quienes históricamente han sido una parte fundamental de la afición de los Medias Blancas. La posibilidad de que el papa León XIV pueda influir positivamente en el rumbo del equipo, actualmente en el último lugar de la liga, ha sido motivo de bromas, esperanza e incluso fe.
Los fanáticos de otros equipos también se sumaron a la conversación. En Nueva York, algunos seguidores de los Knicks —que atraviesan una larga sequía de títulos— señalaron con humor que “si alguien puede ayudarnos, es el papa”. Su paso por la Universidad de Villanova, en Pensilvania, también ha creado un lazo emocional con la región noreste del país.
Con raíces en Chicago, conexión educativa en la costa este y un historial como misionero en América Latina, el papa León XIV representa una figura que une fe, deporte e identidad. Para muchos latinos en Estados Unidos, su elección es símbolo de orgullo y cercanía, en una mezcla única de espiritualidad y pasión deportiva.