San Francisco, 27 de junio de 2025 — Entre luces, lentejuelas y aplausos, Milton, un salvadoreño residente en San Francisco, ha logrado ganarse el corazón del público con su personaje artístico: Lulú, una deslumbrante figura del drag que rinde tributo a grandes íconos de la música. Con carisma, pasión y talento, Milton ha construido una doble identidad que celebra la diversidad y el poder del arte como puente cultural.
“Vine a los Estados Unidos gracias a mi madre y a mi tía”, recuerda Milton, quien desde su llegada se dedicó al trabajo duro para salir adelante. Con el paso del tiempo, descubrió en el arte drag una forma de expresar lo que sentía en su interior. “Desde que llegué he trabajado mucho, pero también encontré en el escenario mi verdadera voz”, asegura. Y aunque no cose personalmente sus vestuarios, Milton se involucra en cada detalle: “Yo personalmente no coso mi ropa, me la hacen diferentes personas, pero yo compro todo”.
Sin embargo, el entorno político actual ha encendido nuevas alertas para la comunidad LGBTQ+. Desde el inicio de su segundo mandato, el presidente Donald Trump ha tomado decisiones que muchos consideran ataques directos: canceló las celebraciones del orgullo en el Centro Kennedy de Washington D.C., expresó públicamente su intención de terminar con los shows de drag y excluyó a personas trans del servicio militar. Milton no oculta su preocupación: “Siento que es la primera vez que he vuelto a sentir el miedo que sentí hace 30 años cuando viví en mi país, El Salvador; mucha inseguridad y me siento vulnerable”.
El gobierno también ha recortado fondos destinados a organizaciones que brindan apoyo a personas que viven con VIH. A pesar de ello, en San Francisco se siguen promoviendo espacios seguros como el evento “Miss and Mister Safe Latino”, donde Lulú participa cada año como maestra de ceremonias. “Es un concurso de belleza, pero con el fin de educar a la comunidad y a todos sobre educación sexual y recursos de ayuda”, afirma Milton, con orgullo.
Mientras las políticas federales endurecen el panorama, Lulú sigue brillando. Para Milton, su arte es una forma de resistencia, alegría y solidaridad. Con cada baile, cada canción y cada sonrisa compartida desde el escenario, continúa enviando un poderoso mensaje de amor, unión comunitaria y apoyo a los más vulnerables. “Mientras tenga voz y luz, seguiré siendo Lulú”.
