“Estamos muertos en vida”, dicen familiares que buscan a sus seres queridos en un país con más de 127,000 desaparecidos
CIUDAD DE MÉXICO — Mientras en muchas familias se celebra con flores y abrazos, en México miles de madres salieron a las calles este 10 de mayo con pancartas, fotografías y la voz quebrada por el dolor. En el Día de las Madres, madres y familiares de desaparecidos marcharon en la capital del país para exigir justicia, verdad y protección frente a la creciente violencia y abandono estatal.
La “XIII Marcha Nacional de Madres Buscadoras” recorrió del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia, alzando el clamor por más de 127,000 personas desaparecidas. Entre ellas, Héctor y Teresa Águila, quienes desde hace dos años buscan a su hijo desaparecido en Jalisco, un estado golpeado por el crimen organizado y señalado por la existencia de campos de entrenamiento del Cartel Jalisco Nueva Generación.
“Estamos muertos en vida, no nos sabe la comida, no nos sabe la vida”, expresó la pareja, mientras exigía acciones contundentes por parte del gobierno federal. Como ellos, decenas de familias denunciaron el riesgo mortal que enfrentan quienes se dedican a buscar a sus desaparecidos: tan solo en abril, dos madres buscadoras fueron asesinadas.
El miedo a ser asesinada mientras se busca a un ser querido es una realidad diaria para Gloria Carmona, madre del colectivo Amor por los Desaparecidos de Tamaulipas. “He trabajado en campo con mis manos, he sacado restos humanos, pero sigo sin encontrar a mi hijo”, relató con angustia. A la fecha, al menos 29 buscadores han sido asesinados en México, la mayoría madres.
Lejos de limitarse a una generación, muchas familias viven esta lucha desde hace más de 15 años. Como Dan Fernández, quien heredó la búsqueda de su hermano desaparecido en 2007 y ahora ve cómo sus propios hijos se suman a la causa. Para estas familias, la justicia se ha vuelto una lucha multigeneracional en un país donde —como denuncia Amnistía Internacional— “el Estado no busca”.