East Palo Alto, 30 ago. — La familia de Aleyda, de 47 años, sigue sin poder visitarla cinco días después de su detención por ICE, mientras permanece recluida en el Hospital Stanford. Activistas denuncian que ni familiares ni abogados han podido verla, mientras agentes federales permanecen en el lugar con uniformes negros y sin identificaciones claras.
“¿Cómo es posible que la migra está entrando a un hospital y no dejan a la familia ni a la abogada entrar a ver a su ser querido?”, cuestionó Nicole, miembro de Raging Grannies, quien se unió a unos 40 manifestantes afuera del hospital para exigir respeto y humanidad.
Por políticas del centro, los manifestantes no pudieron grabar la concentración. Sin embargo, la indignación se dejó sentir entre vecinos y activistas:
“Yo nací en este hospital y estoy sorprendida con lo que pasó. Ella tiene 47 años y mi mamá como 45”, dijo Yvonne Prado, residente que se unió a la protesta aunque no conoce personalmente a Aleyda.
Julie Lythcott, concejal de Palo Alto, calificó la situación como inhumana, mientras la comunidad exige respeto a los derechos de los detenidos y acceso a sus familias.
La protesta sigue creciendo a medida que activistas y vecinos piden respuestas sobre la atención médica y la protección de la dignidad humana frente a las acciones de ICE.