Detienen a Ruth López, abogada salvadoreña defensora de derechos humanos

La detención de Ruth López, figura clave en la lucha anticorrupción en El Salvador, ha generado preocupación internacional. Para muchos latinos en EE.UU., este caso representa una advertencia sobre los peligros de alzar la voz contra el poder en sus países de origen.

Ruth López, una destacada abogada salvadoreña y defensora de los derechos humanos, fue arrestada la noche del domingo 18 de mayo por las autoridades de El Salvador. La Fiscalía General la acusa de peculado durante su tiempo como asesora en el Tribunal Supremo Electoral, en años anteriores a su ingreso a la organización Cristosal. La noticia ha conmocionado tanto a defensores de derechos humanos como a la diáspora salvadoreña, que sigue de cerca los acontecimientos políticos de su país desde Estados Unidos.

López ha sido una figura visible y crítica del gobierno de Nayib Bukele, liderando investigaciones sobre presunta corrupción y uso indebido de recursos públicos desde su rol en Cristosal, una de las ONG más respetadas en la región. En 2024, fue reconocida por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo. Su detención ha sido calificada por Cristosal como un «acto de represión» y una escalada contra las voces críticas en El Salvador.

Para los salvadoreños y otros latinoamericanos que residen en EE.UU., este episodio revive temores sobre la criminalización de la disidencia y la fragilidad del Estado de derecho en muchos países de origen. López, quien vivió gran parte de su vida en el exilio durante la guerra civil salvadoreña, regresó al país para contribuir a su reconstrucción institucional. Su arresto, según diversas organizaciones, pone en riesgo la independencia de quienes trabajan por la transparencia y la justicia.

La Fiscalía no ha presentado públicamente pruebas concretas, lo que ha generado sospechas de motivaciones políticas. Cristosal reportó que ni la familia ni los abogados de López tuvieron acceso a información sobre su paradero durante varias horas, situación que catalogaron como una «detención ilegal y posible desaparición forzada temporal». Más tarde, se confirmó que fue llevada a un calabozo policial, donde su familia pudo entregarle medicinas.

El caso de Ruth López es más que un episodio judicial; es un símbolo de la creciente tensión entre gobiernos autoritarios y la sociedad civil en América Latina. Para las comunidades latinas en EE.UU., especialmente quienes huyeron de contextos similares, su historia resuena como un llamado urgente a la vigilancia, la solidaridad y la defensa de los valores democráticos más allá de las fronteras.

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