Los Ángeles vive una nueva jornada marcada por la incertidumbre y el temor, tras el reinicio este lunes de redadas migratorias en distintos puntos del condado. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), junto con oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), detuvieron a decenas de personas en operativos que, según autoridades, se mantendrán activos durante al menos 30 días.
La congresista Nanette Barragán confirmó que el gobierno federal ha instruido a su personal para prepararse ante un mes completo de operativos en la región. “Nos han dicho que esto apenas comienza”, señaló en entrevista con CNN. Las redadas de este lunes se suman a las del pasado viernes, cuando al menos 45 personas fueron arrestadas en centros de trabajo.
Una de las escenas más comentadas ocurrió en el estacionamiento del Ayuntamiento de Whittier, al este del condado de Los Ángeles, donde agentes utilizaron el espacio para concentrar a los detenidos en vehículos sin distintivos oficiales. Varios activistas llegaron al lugar para documentar en vivo lo ocurrido y alertar a las familias. “No firmen nada”, gritaban mientras grababan con sus teléfonos móviles.
Los operativos no solo se limitaron a centros laborales. Hombres que buscaban empleo temporal en zonas comerciales, como ferreterías, también fueron arrestados, generando críticas entre los residentes. “Esto es inaceptable. Aquí vivimos en paz. Que la ciudad permita que esto ocurra en espacios públicos es una vergüenza”, reclamó una vecina de Whittier.
Desde organizaciones como Unión del Barrio se ha emitido una alerta comunitaria, pidiendo a los inmigrantes sin estatus que eviten salir si no es necesario. “No queremos causar pánico, pero sí prevenir tragedias”, afirmaron. Alcaldes de varias ciudades, como Huntington Park y Lynwood, también alzaron la voz, asegurando que sus policías no colaboran con ICE y reiterando su compromiso con la protección de todas las familias, sin importar su estatus migratorio.