París, Francia — Después de años de intentos fallidos y sueños frustrados, el Paris Saint-Germain vivió este sábado su momento más glorioso: un desfile triunfal por los Campos Elíseos con la Liga de Campeones en sus manos. El club parisino celebró por todo lo alto su primer título europeo ante más de 100.000 aficionados que colmaron la emblemática avenida hasta el Arco del Triunfo.
A bordo de un autobús de dos pisos decorado con los colores azul y rojo del PSG y la frase «Campeones de Europa», los jugadores compartieron su emoción con la afición. Luis Enrique, junto a figuras como Dembélé, Hakimi, Marquinhos y Vitinha, pasaban el trofeo de mano en mano, mientras la multitud coreaba el lema: “¡Esto es París!”, que retumbaba una y otra vez por los altavoces.
La celebración se vivió como una catarsis colectiva. “Es una liberación”, decían muchos fanáticos, visiblemente emocionados. Tras años de millonarias inversiones y dolorosas eliminaciones, la orejona llegó finalmente al Parque de los Príncipes… y hoy, al corazón mismo de París. Las banderas ondeaban, los cánticos no cesaban y miles de teléfonos captaban cada instante del histórico desfile.
La ciudad, sin embargo, no bajó la guardia. Tras los disturbios registrados la noche anterior —que dejaron dos muertos, más de 200 heridos y centenares de detenidos—, las autoridades desplegaron un dispositivo de seguridad sin precedentes. Vallas metálicas, cordones policiales y un estricto control por sectores mantuvieron la calma durante la fiesta.
El recorrido concluye con una cita de alto nivel: el presidente Emmanuel Macron recibirá al equipo en el Palacio del Elíseo. Un gesto simbólico que no solo reconoce el logro deportivo, sino también la trascendencia cultural y emocional de este título para una ciudad y un país que llevaban décadas esperando este momento.
