Madrid. — Lo que parecía una noche de gloria silenciosa para el Barcelona terminó con un inesperado giro cortesía del Real Madrid. Cuando el reloj marcaba los últimos segundos del tiempo añadido, un joven casi desconocido, Jacobo Ramón, cambió el destino del clásico rival: con apenas 20 años y solo tres partidos en primera, anotó el agónico gol del triunfo 2-1 ante el Mallorca y enfrió los festejos culés.
Para los seguidores latinos del fútbol español en Estados Unidos, este tipo de partidos resumen todo lo que aman del deporte: drama, emoción y sorpresas. La victoria del Madrid, más allá de ser un golpe de orgullo, sirve para alargar una definición que parecía cerrada. Barcelona sigue muy cerca del título y podría coronarse en el derbi ante Espanyol, pero ahora tendrá que hacerlo con la presión añadida de que el Madrid no se rinde.
El técnico Carlo Ancelotti, quien vive sus últimos días en el banquillo merengue antes de asumir la selección brasileña, vio a su equipo batallar con medio plantel lesionado. Aun así, lograron bombardear el arco rival con casi 40 disparos, aunque solo el último, del juvenil Jacobo, terminó en la red. Fue un premio a la insistencia más que a la precisión.
Mientras tanto, el homenaje a Hugo Gatti en el Santiago Bernabéu le dio al partido un toque sentimental. El “Loco”, leyenda del fútbol argentino y figura mediática en España, recibió un emotivo minuto de silencio en su honor. En contraste, en La Bombonera —la casa de su amado Boca Juniors— pasó desapercibido. Para muchos latinos, esto resalta la forma en que algunos íconos del fútbol son más valorados fuera que dentro de casa.
El Barcelona sigue siendo el gran favorito y con dos puntos más asegurará el campeonato. Pero este Real Madrid, parchado, agotado y plagado de jóvenes, todavía quiere escribir una última página en la historia de la Liga. Para la afición latina, es otra razón para no despegarse de la pantalla: hasta el último minuto, todo puede pasar.